DENUNCIA PÚBLICA EXCLUSIÓN INJUSTIFICADA #WEARTXL #ViolenciaSimbólica
CUANDO EL ARTE ES SILENCIADO E INVISIBILIZADO
La violencia cultural: cuando el arte es silenciado desde las estructuras
La violencia cultural no siempre se ve. No deja marcas físicas, pero sí fracturas profundas en el tejido simbólico de una comunidad. Se ejerce desde las instituciones, las prácticas normalizadas, los silencios estratégicos y las decisiones que excluyen sin nombrar.
En el ámbito artístico, esta violencia se manifiesta cuando:
Se invisibiliza el trabajo de artistas comprometidos con la memoria, la diversidad o la ética.
Se tergiversa la información para evitar asumir responsabilidades.
Se excluye sin diálogo, sin contexto, sin reconocimiento.
Se privilegian redes cerradas, favoritismos o lógicas de poder que perpetúan la desigualdad.
La violencia cultural no es solo una omisión: es una forma de control simbólico. Cuando una artista es silenciada por no encajar en los moldes institucionales, se está ejerciendo una forma de censura encubierta. Cuando se cancela una participación sin explicaciones, se está negando el derecho a existir en el espacio público del arte.
Esta violencia afecta no solo a quien la vive, sino a toda la comunidad artística. Porque el arte es diálogo, es presencia, es memoria compartida. Y cuando se excluye a una voz, se empobrece el coro colectivo.
Como artista, como gestora cultural, como ciudadana colombo-belga, residente en Bruselas, me niego a normalizar estas prácticas.
Nombrarlas es el primer paso para transformarlas.
📢 El arte no tiene género. El arte no debe ser rehén de estructuras excluyentes. El arte merece respeto, transparencia y justicia simbólica.
¿Por qué denunciar? Cuando el silencio institucional también es violencia cultural y simbólica
Como artista, estoy acostumbrada a que no todas las candidaturas sean aceptadas. Lo que no debería normalizarse es la falta de respeto, el silencio institucional y la exclusión sin contexto.
Recibir correos genéricos que anuncian la cancelación de un evento, sin confirmar si mi participación fue retenida o no, mientras la logística sigue activa en redes sociales, no es solo una omisión: es una forma de violencia simbólica.
Esta violencia se ejerce desde el lenguaje, desde lo que no se dice, desde lo que se tergiversa. Y cuando se repite en espacios culturales, se convierte también en violencia cultural: una práctica que excluye, invisibiliza y deslegitima el trabajo artístico, especialmente cuando ese trabajo es ético, diverso o incómodo para ciertas estructuras.
Denunciar no es un acto de ego ni de protagonismo. Es un acto de ética. Es #AlzarlaVoz
Porque el arte no solo crea belleza. El arte también revela injusticias, abre diálogos y defiende la dignidad.













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